viernes, 9 de diciembre de 2016

Tsunami en Tailandia (Lo Imposible).

La noche de antes del 26 de diciembre de 2004 me dormí pronto. Yo no celebro la navidad, pero en Asia te obligan y cuando cené me fui a dormir pronto. Mi mayor preocupación era saber si mi marido iba a tener trabajo", relata María.

Ese mismo día, el Tsunami asoló Tailandia y así lo recuerda: "Fuimos a desayunar y a hacer planes. Yo tenia que poner una lavadora... Planteamos dejar a los niños en el hotel y buscar una lavandería, pero en el ultimo momento dijimos que íbamos todos. Primero nos dimos un chapuzón y ahí llegó. Un tsunami suena casi como en la película. No sé si un día se abre la tierra sonará así. Miras a todo el mundo. Es como una negación de que lo que viene. Es un monstruo".
"La secuencia del hotel y las palmeras cayendo es así. Lo ultimo que vi fui a una señora que venia corriendo con una toalla. La miré y dijo que como somos de ridículos y yo cogí mi libro para salvarlo. Me voy a morir y cogí mi libro. Lo acabé dos años después. No puedes leer. Tuve un shock postraumático. Me agarro al libro y miro a mis hijos por ultima vez".
"Un segundo y medio calculo que fue lo que tardé en gritar: ¡Quique, los niños! Ycrees que acaba todo aquí. Lo siguiente fueron golpes y golpes en la piscina. Asfixia, ganas de morirte, piensas en porqué te está pasando esto, mucha oscuridad, mucho descontrol. Después de cada golpe gritas que no les esté pasando a ellos que no...". Tras decir estas palabras, rompe a llorar visiblemente emocionada.
"Cuando salí a la superficie me cabreé con la vida. ¡Que mierda hago aquí! El tiempo desaparece. De repente todo va rápido o lento", cuenta mientras aún recuerda como su único pensamiento era que sus hijos habían muerto. "Cuando mi marido encontró a Tomás, el pequeño, se pellizcaba y era porque decia que se quería despertar... Habían pasado horas. Lucas me gritaba mamá, mamá, sacame de aquí. La marea viene con todo. Luego vienen dos olas y luego la resaca que tela. Pero te deja flotar. Mi marido emergió solo".
El Goya de La película 'Lo imposible' está en el fondo del mar junto a los 230.000 muertos. Bayona se lo entregó a María y ésta se lo dedicó a los fallecidos.


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